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Foto del escritorSilvia Baños

El intestino, nuestro segundo cerebro

Actualizado: 10 dic 2020

Tal y como lo has leído en el título, nuestro intestino y, por lo tanto, nuestra alimentación, influyen en gran medida en nuestro estado de ánimo y en nuestro comportamiento. Pero te estarás preguntando por qué y, cómo es esto posible.


Pues bien, para entender bien esto quiero que conozcas y te familiarices con el Sistema Nervioso Entérico (SNE). Éste forma parte del Sistema Nervioso Periférico (SNP) y está formado por el conjunto de todos los nervios que controlan y que conectan nuestro Sistema Digestivo con nuestro cerebro.


Cuando nos alimentamos y nuestro intestino digiere los alimentos, se producen una serie de neurotransmisores que son captados por el SNE y transportados hasta el SNC. Estos neurotransmisores se encargan de producir en nosotros una emoción. Por ejemplo, la dopamina y la serotonina son dos neurotransmisores que nos producen placer y tranquilidad respectivamente.


Sin embargo, no todos los alimentos hacen posible la síntesis de estos neurotransmisores, sino que su síntesis dependerá en gran medida de cómo nos alimentemos. Llevar una dieta saludable basada principalmente en frutas, verduras, semillas de grano entero, legumbres… (alimentos vegetales, en general) y baja en productos procesados elevará notablemente la síntesis de este tipo de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.


Algunos de los alimentos que los estimulan son:

- Frutos secos

- Plátano

- Manzana

- Chocolate negro >85%

- Té verde

- Legumbres

- Frutos rojos

- Avena

- Aguacate

Sin olvidarnos nunca del ejercicio físico y la música, que también ayudarán a estimular la producción de dopamina y serotonina y, por lo tanto, a sentirnos mejor.


Por otro lado, el hecho de no llevar una buena alimentación, suficiente en cantidad de alimentos y rica en vitaminas y nutrientes, puede llegar a provocar un descenso en nuestros niveles de dopamina y serotonina y, te aseguro, que no quieres eso. Unos niveles bajos de estos dos neurotransmisores pueden llegar a provocar desmotivación, sensibilidad y falta de energía, por parte de la dopamina; y estreñimiento, irritabilidad, intranquilidad y dificultad para dormir en el caso de la serotonina.


También cabe destacar que en ambos casos se produciría una alta ansiedad por el sabor dulce. Esto explicaría el hecho de que cuando se lleva una dieta muy restrictiva para perder peso se acaban teniendo deseos incontrolables de comer dulces, además de estar irritables, altamente sensibles y decaídos.


La alimentación, y concretamente, una buena alimentación, es la base para sentirnos bien y realizar las tareas diarias con energía y buen humor, así que sí, cuidar tu alimentación también es sinónimo de cuidar tu salud mental.

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