¿Cuántas veces has escuchado esto? O, incluso, ¿cuántas veces eras tú el/la que lo decía?Yo muchísimas. Tanto de los demás como de mi misma.
El metabolismo lento es una muy arraigada creencia en nuestra sociedad que defiende que existen personas, que por genética, nacen con el metabolismo lento o con el metabolismo rápido. Según esta creencia, las personas que tienen la desgracia de nacer con el metabolismo lento están condenadas a padecer sobrepeso u obesidad durante toda su vida y no pueden hacer nada para remediarlo.
Pero, ¿cuánto de esto es cierto? Pues bien, esta es una verdad a medias.
El metabolismo basal es la energía que nuestro cuerpo necesita para mantenerse vivo en estado de reposo. Así, lo que sí es cierto de esta creencia es que existen personas con un metabolismo basal más costoso de energía (lo que se conoce como metabolismo rápido) y otras, con un metabolismo basal algo menos costoso (metabolismo lento). Ahora bien, esto no quiere decir que las personas con metabolismo lento estén condenadas a vivir toda su vida con sobrepeso u obesidad y es que en realidad un metabolismo lento de uno rápido no difiere en más de 200 o 300 kcal, algo totalmente insignificante a la hora de determinar si una persona podrá o no bajar de peso.
Como recordarás de publicaciones anteriores, nuestro gasto energético total (GET) no solo está compuesto por nuestro metabolismo basal, sino que en él influyen otras 3 variables más (termogénesis, actividad física y ejercicio físico programado). Estas 3 variables son las que finalmente determinarán tu GET, pudiendo duplicar o incluso triplicar la energía consumida por el metabolismo basal. Ahora bien, esto no cae del cielo, sino que para conseguirlo hay que movernos.
Además, te diré otra cosa. Posiblemente, si te fijas te darás cuenta de que casualmente la gran mayoría de las personas a las que se las etiqueta como poseedoras de un metabolismo rápido son personas activas y, por el contrario, a las que se las etiqueta como poseedoras de un metabolismo lento, son personas sedentarias. Esto quiere decir que en realidad es el nivel de actividad física diario lo que determinará realmente nuestro GET.
Aun así, el metabolismo basal tampoco está condenado a ser lento o rápido durante toda la vida y es que, aunque éste dependa en gran medida de factores que están fuera de nuestro control como la genética, el sexo o la edad también depende de nuestra composición corporal, siendo más necesitado de energía al tener una masa muscular elevada y, menos necesitado de energía al tener mucha grasa corporal acumulada. Es decir, que a medida que vamos perdiendo grasa corporal y ganando masa muscular (es lo que se conoce como recomposición corporal) a través de un aumento de nuestra actividad física o, a través de la realización de ejercicio físico programado y de una alimentación saludable, nuestro metabolismo basal se irá haciendo más rápido y viceversa, cuanto más peso ganemos en forma de grasa y cuanta más masa muscular perdamos a consecuencia de nuestro sedentarismo y de una mala alimentación, más lento será.
En definitiva espero que hayas entendido que la creencia del metabolismo lento es un mito totalmente falso que suelen utilizar como excusa personas con malos hábitos. Cualquier persona es capaz de lograr una recomposición corporal, pero para ello debes ser constante, comprometido y consciente de por qué lo estás haciendo.
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